miércoles, septiembre 07, 2016

Soneto de la Dulce Queja

Tengo miedo a perder la maravilla

de tus ojos de estatua y el acento

que de noche me pone en la mejilla

la solitaria rosa de tu aliento.



Tengo pena de ser en esta orilla

tronco sin ramas; y lo que más siento

es no tener la flor, pulpa o arcilla,

para el gusano de mi sufrimiento.



Si tú eres el tesoro oculto mío,

si eres mi cruz y mi dolor mojado,

si soy el perro de tu señorío,



no me dejes perder lo que he ganado

y decora las aguas de tu río

con hojas de mi otoño enajenado.


Federico García Lorca

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